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OPINIÓN | Notas disonantes del Himno Nacional 

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Santo Domingo.- Impresiona saber que el Himno Nacional de un país pequeño como República Dominicana, es uno de los más hermosos del mundo, solo detrás, pero en un cercano lugar, del canto patriótico de otras poderosas naciones.

El himno, junto con la bandera y el escudo, tiene la categoría de símbolo patrio. Pocos discuten sobre la hermosura musical de nuestro emblema sonoro, el cual al escucharlo hace vibrar el orgullo y retumbar el corazón de cada dominicano y dominicana. No obstante, la perfección artística se puede empañar estéticamente por algunas notas disonantes, que deberían ser emendadas y no justificadas por excusas acomodaticias.

Leonardo da Vinci, consideraba que, una obra de arte en su camino a la eternidad y expuesta a los ojos y los oídos de diferentes generaciones, parece que nunca está terminada, pues los sentidos a veces resucitan lo que se creía muerto.

La música del Himno Nacional fue creada por el maestro José Reyes, 1836-1905, quien luego le pidió al poeta puertoplateño Emilio Prud’Homme 1856-1932, que escribiera unos versos que acompañaran sus compases. Estas letras fueron entregadas en 1883, el autor asimilando las observaciones y críticas de los intelectuales de la época que apreciaron errores en aspectos históricos y de métrica literaria, lo corrigió en el año de 1897. En esa misma fecha, el presidente Ulises Heureaux envió un proyecto de ley al Congreso para adoptarlo como el Himno Nacional dominicano, y se comenzó a usar en todas las ocasiones oficiales, pero Heureaux fue asesinado en 1899, antes de tener ocasión de promulgarlo.

Los acontecimientos políticos del inicio del siglo XX en el país impidieron que se tomaran acciones sobre los símbolos de la Patria. Pero en 1934, bajo el gobierno del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el Congreso adoptó la referida pieza como el Himno Nacional dominicano.

La constitución nuestra en su artículo 33 consagra lo siguiente: El Himno Nacional es la composición musical de José Reyes con letras de Emilio Prud´Homme, y es único e invariable.

Por desventaja para mí, no fui dotado por el Creador de facultades musicales, y en este aspecto carezco de formación para hacer críticas al himno. Las disonancias a las que me refiero con el título son del texto poético y que pueden ser mejoradas.

El himno escrito por Emilio Prud’Homme, refleja las corrientes literarias que influían en el momento, razón que justifica el por qué en el primer verso en vez del gentilicio dominicano prefirió el de quisqueyano. En ese sentido, vale citar a Max Henríquez Ureña, el cual en su texto “Panorama histórico de la literatura dominicana tomo II”, refiere lo siguiente: con el florecimiento del movimiento cultural conocido como indigenismo; fenómeno literario este que surgió en la América española en los albores del siglo XIX. En nuestro país, los principales exponentes de ese movimiento literario fueron Alejandro Angulo Guridi, José Joaquín Pérez, autor de “Fantasías indígenas”, Salomé Ureña de Henríquez, Manuel de Jesús Galván, con su novela “Enriquillo”, y José Castellanos, autor de la primera antología de poesía dominicana, que data de 1874, y cuyo título fue “Lira de Quisqueya”. Se trató, evidentemente, de una época de notable esplendor de las letras nacionales en la que los intelectuales criollos buscaban una forma de expresión que los vinculara directamente con el no muy abundante legado de la desaparecida cultura taína.

Esa tendencia cultural de volver a las raíces taínas es la que justifica la aparición del gentilicio quisqueyano, que al decir de Emilio Rodríguez Demorizi, el uso de Quisqueya no se circunscribió únicamente a la literatura, la poesía y la oratoria, sino que trascendió de tal manera que no tardó en convertirse en el nombre poético por excelencia de los dominicanos, incluso, hacia 1880 el maestro Eugenio María de Hostos propuso públicamente que el Estado se llamara “República de Quisqueya”, idea que ulteriormente secundó César Nicolás Penson en su libro “Cosas añejas”.

Quisqueya es un invento

Apolinar Tejera Penson (1855-1922), escribió un artículo aparecido en “La Cuna de América” No. 75 de junio de 1908, reproducido en el Boletín del Archivo General de la Nación, No. 42-43, vol. 8 de 1945, que se llama “Rectificaciones históricas. ¿Quid de Quisqueya?” en donde afirma que “Quisqueya” no es una palabra indígena sino que fue inventada por Pedro Mártir de Anglería (1457-1526), quien nunca visitó América y que publicó un libro en latín titulado “Décadas” acerca de los viajes y descubrimiento de Colón, el cual contiene imprecisiones y yerros como el de afirmar que “Quisqueya” era el nombre que los aborígenes daban a la isla de Haití.

Tejera señala que: “ese nombre no es de estructura indígena, como lo evidencia el que no haya indicios de dicha voz en los catálogos de vocablos o dicciones de la lengua india conocidos hasta la fecha”. Continúa Tejera, si “Quisqueya significa todo, ¿de dónde sacó [de Anglería] lo de tierra grande o y madres de las tierras? ya que tierra se expresaba de forma muy distinta” (nonum o monä).

Además el uso del término no está corroborado por ningunos de los coetáneos de Anglería. “Ni Las Casas ni Gonzalo Fernández de Oviedo que vivieron largo tiempo en la Española, mencionan en sus obras el consabido nombre”. Después una serie de argumentaciones concluye que el uso del nombre Quisqueya no pasa de “ser apócrifo o supuesto” es “falso”, “no hay pruebas fehacientes que abonen su autenticidad”. En conclusión, la palabra Quisqueya fue un invento y nunca se utilizó.

Entonces si no somos quisqueyanos, ni Quisqueya jamás existió como isla, porqué continuar rindiéndole culto en nuestro himno.

En otro aspecto del himno se expresa, si en su pecho la llama no crece
que templó el heroísmo viril. Pregunto si con este verso no se viola el principio de la igualdad de género. En otra estrofa se expresa, donde el genio de Sánchez y Duarte
A ser libre o morir enseñó. Pregunto por qué no se menciona a Mella, que es también padre de la patria.

Otro verso señala que es su lema: ser libre o morir. Sin embargo, la constitución en su artículo 34 dice que El Lema Nacional es “Dios, Patria y Libertad». Por lo tanto, hay aquí otra disonancia.

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