Un mundo oculto. La gestión de la Cámara Alta ha estado envuelta en el hermetismo y el ocultamiento del manejo de los fondos del Barrilito.
Santo Domingo, RD.- La indignación de un senador por no poder recibir información interna sobre el proyecto de ley de extinción de dominio fue la gota que rebasó el vaso y puso en cuestionamiento el nivel de transparencia que tiene el Senado de la República.
La gestión de la cámara alta ha estado envuelta en el hermetismo, calificativo ganado a partir de la falta de entrega de informaciones, las trabas constantes a los periodistas y el ocultamiento del manejo del Fondo de Gestión Provincial Senatorial, conocido popularmente como el “Barrilito”.
La gestión de Eduardo Estrella en el Senado ha estado marcada por obras en la infraestructura, tanto a nivel físico como tecnológico, implementando inclusive un voto automatizado para “mayor transparencia”.
No obstante, el legislador de Santiago nunca ha mostrado interés en desarrollar una plataforma bajo la cual se transparente el manejo que dan los senadores al Barrilito.
Solo en una ocasión, el Senado permitió el ingreso de una periodista que divulgó el contenido de cientos de folios que tenían las facturas de gastos de estos fondos y tras la publicación no se ha vuelto a permitir el acceso.
Varios senadores fueron consultados sobre los gastos que dan al Barrilito y la respuesta tiende a ser similar: cajas de muertos, medicinas y en general “ayudas” a personas de su provincia. Sin embargo, ninguno ha tenido la iniciativa de mostrar íntegramente los gastos mensuales que realizan con este fondo millonario.
Pedidos de información sin respuesta
El Senado, como entidad pública que forma parte del Estado dominicano, es objeto de ser cuestionada mediante solicitudes de información que otorga la Ley 200-04 de Libre Acceso a la Información Pública.
Sin embargo, varias solicitudes realizadas por periodistas del Listín Diario han terminado sin respuesta y sin consecuencia por parte de la entidad a cargo de regir la ley.
Entre las solicitudes realizadas que no han tenido respuesta, está el gasto realizado por el Senado para el viaje de los legisladores a un hotel donde se debatió el proyecto de ley de Código Penal; los fondos otorgados a los legisladores para ser gastados en el Día de las Madres, así como la entrega de tarjetas o bonos en diciembre para las actividades que usualmente realizan los congresistas en sus respectivas provincias.
Las solicitudes sin respuesta hechas mediante el Portal Único de Solicitud de Acceso a la Información Pública (SAIP) quedan desoladas en la plataforma, con el tiempo de respuesta que otorga la ley con leyendas como “Recopilando información” y “En espera del Departamento Correspondiente”.
Aunque no se trata de la mayoría de los casos, el Senado se reserva el derecho a otorgar informaciones dependiendo de lo que se esté solicitando.
Límites a los periodistas y senadores
El pasado 4 de julio una comisión liderada por el vocero del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) en el Senado reclamó al Departamento de Coordinación de Comisiones, las actas y audios de la comisión bicameral que estudió el proyecto de ley de extinción de dominio, documentos que, según el propio congresista, se negaban a entregar.
Yván Lorenzo, vocero del PLD, acusó al Senado de “secuestrar y manipular” actas de comisión de extinción de dominio, alegando que llevaba varios días solicitando los documentos para “difundirlas en la opinión pública”.
Junto a esa comisión había un grupo de periodistas a los cuales se les impidió el ingreso a la oficina y fueron calificados como una “turba de personas” por empleados de la cámara alta.
Otro hecho ocurrió el pasado el 23 de junio, cuando la senadora del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Faride Raful, impidió a un colega de su partido ofrecer información a los periodistas sobre lo tratado en la comisión bicameral de extinción de dominio al abrir la puerta del salón de forma abrupta, interrumpiendo sus declaraciones y forzándolo a ingresar a la reunión para luego llamar a una rueda de prensa improvisada.
En cuestiones de transparencia, el Senado aún tiene deudas pendientes y podría imitar el accionar de la Cámara de Diputados.
EN PUNTOS
Trabas.
Los límites impuestos a los periodistas en el Senado han estado presentes desde el primer día de la gestión, con muestras como el impedimento a ingresar al hemiciclo y a ciertas áreas; el no aviso de visitas al presidente Eduardo Estrella, quien tampoco tiene interacción con la prensa.