BEIRUT.- El número de muertos por la campaña de bombardeos israelíes iniciada el lunes contra diversos puntos del Líbano asciende ya a 558, entre ellos 50 niños y 94 mujeres, mientras que la cifra de heridos supera los 1.800, afirmó el ministro de Salud Pública libanés, Firas Abiad.
En una rueda de prensa en Beirut, Abiad afirmó que entre las víctimas mortales también hay cuatro paramilitares, mientras que dos centros sanitarios, 14 ambulancias o vehículos de bomberos fueron atacados y destruidos, «una prueba de la brutalidad de los ataques del enemigo israelí».
Por su parte, el Ejército de Israel confirmó este martes haber bombardeado «objetivos» de Hizbulá tanto en el este como en el sur del Líbano, donde ya se ha superado el medio millar de muertos y hay más de 1.800 heridos.
«Entre los objetivos atacados hay edificios que almacenaban armas, centros de mando (de Hizbulá) y otra infraestructura», detalló un comunicado castrense, que dijo que los bombardeos provocaron «explosiones secundarias», lo que supuestamente indicaría la presencia de armamento en los edificios.
Las autoridades israelíes aseguraron haber identificado este martes el lanzamiento de más de un centenar de cohetes de Hizbulá contra el norte del país, que precedieron a una nueva ráfaga de cinco proyectiles en la zona de Haifa en la que un joven israelí resultó herido de gravedad.
Alrededor de las 9:40 de la mañana, las alarmas sonaron también en la zona de la Alta Galilea, donde se identificaron unos 50 proyectiles que cruzaban desde el Líbano. «La mayoría fueron interceptados y varios cayeron en la zona», detalló el Ejército israelí.
En este contexto, varias escuelas del norte de Israel –en los pueblos al sur de Haifa como Megido, Yokneam Illit, Daliyat al Karmel o Isfiya– han sido cerradas, al igual que ya lo estaban los colegios de Haifa hasta la frontera norte.
El portavoz militar en árabe, Avichay Adraee, reiteró en X a los libaneses que se alejen de los edificios supuestamente usados por Hizbulá «a una distancia no inferior a un kilómetro». Desde ayer, decenas de miles de libaneses han abandonado sus casas en un ambiente de terror y caos, y varias escuelas han sido habilitadas para recibir a los desplazados.