Puerto Príncipe, 31 ene.- Casi 600 personas murieron y mil 200 fueron secuestradas en Haití durante 2020, reveló la Acción Internacional por los Derechos Humanos (AIDH), que calificó de caótica y alarmante la situación.
En su informe anual sobre la situación de los derechos humanos, la organización hizo un balance de la inseguridad generalizada que asola el país, con el aumento de asesinatos, muertes violentas, secuestros el pasado año.
Su coordinador, Reginald Atus, precisó que la violencia armada cobró la vida de 570 personas, de ellas 480 por disparos, al tiempo que registraron mil 200 casos de secuestros en el país, cifras que son alarmantes, dijo.
Lo más preocupante, según la AIDH, es la laxitud del Gobierno ante el fenómeno de los secuestros. «Y lo que es peor, siguen alzándose muchas voces para denunciar esta lacra y exigir a las autoridades competentes que asuman su responsabilidad. Parece que no se ha hecho nada», añadió.
En sus recomendaciones, la organización sugiere restablecer la autoridad del Estado en todo el territorio nacional, evaluar a los agentes de la Policía y procesar a aquellos culpables de violaciones de los derechos humanos.
También insta al Gobierno a luchar contra la detención preventiva arbitraria y prolongada, entre otros males.
Un reciente estudio de la Oficina Integrada de la ONU en Haití, indicó que al menos 133 personas murieron y 551 resultaron lesionadas durante las protestas que sacudieron Haití de julio de 2018 a diciembre de 2019.
El documento atribuyó casi la mitad de las muertes a la intervención de las fuerzas policiales, mientras las pandillas son responsables de unos 380 lesionados, relata el texto que también identificó cerca de 700 casos de violaciones de los derechos humanos y otros abusos contra los manifestantes.
También este mes, el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos denunció el vertiginoso aumento de la delincuencia durante 2020, además del desmantelamiento del cuerpo jurídico-institucional y las constantes violaciones de los derechos humanos.
Estas investigaciones salen a la luz cuando Haití se encuentra a las puertas de la agudización de una crisis política, con una oposición que estima el fin del mandato presidencial el próximo 7 de febrero, mientras el jefe de Estado, Jovenel Moïse, aseguró que continuará en su puesto.
A partir del próximo domingo están convocadas movilizaciones para forzar la salida del mandatario.