“El presidente alegó en múltiples ocasiones que el proceso electoral, y el voto por correo en particular, estarían expuestos a un fraude generalizado, sin proporcionar más información o evidencia de una amenaza sistemática a la credibilidad de las elecciones”, publicó la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en un comunicado.
La OSCE también indicó que “no siempre se respetó la distinción entre actividades del Estado y del partido, ya que el presidente actual utilizó repetidamente su capacidad oficial para obtener ventajas políticas”.
La OSCE asegura que las votaciones en EE.UU. de ayer fueron “reñidas y competitivas”, pero estuvieron “empañadas por la inseguridad jurídica e intentos sin precedentes de socavar la confianza pública”. “La campaña se caracterizó por una polarización política profundamente arraigada que a menudo oscureció el debate político más amplio e incluyó acusaciones infundadas de fraude sistemático”, agregó.
“Después de una campaña tan dinámica, asegurarse de que se cuente cada voto es una obligación fundamental para todos los poderes del Gobierno. Las acusaciones infundadas de deficiencias sistemáticas, en particular por parte del presidente actual, incluso en la noche de las elecciones, dañan la confianza pública en las instituciones democráticas”, afirmó Michael Georg Link, coordinador especial y líder de la misión de observadores a corto plazo de la OSCE.