Un tribunal argentino ha condenado esta semana a cadena perpetua a una mujer policía que asesinó a una pareja de jubilados hace dos años en la ciudad de Buenos Aires para robarles entre 70.000 y 80.000 dólares, con los que planeaba costear un viaje a Disney para el 15 cumpleaños de su hija, informan medios locales.
En una audiencia virtual, el juez sentenció a la pena máxima a Sonia Rebeca Soloaga, de 36 años, como autora material de los delitos de “robo, homicidio agravado y falsa denuncia” que cometió cuando aún se desempeñaba como oficial de la Policía de la Ciudad. Las víctimas del doble crimen, ocurrido el 11 de junio de 2019, eran Alberto Antonio Chirico, de 71 años, y su esposa María Delia Speranza, de 63, con quienes la acusada tenía una relación de confianza, según las investigaciones.
El fiscal Oscar Ciruzzi sostuvo que el día de los hechos Soloaga ingresó al domicilio de la pareja en el barrio porteño de Parque Avellaneda y ejerció violencia sobre ellos exigiéndoles que le señalaran dónde guardaban una importante suma de efectivo, entre 70.000 y 80.000 dólares y entre 50 y 60.000 pesos (aproximadamente entre 520 y 625 dólares).
Luego de conseguir el dinero, Soloaga ejecutó a los dos de “un disparo en la cabeza”, utilizando “un almohadón bordó” con el objetivo de “disminuir y amortiguar el ruido” y “para no verle la cara a las víctimas”, describió Ciruzzi.
Según los documentos judiciales, el móvil del crimen fue una deuda de más de 6.000 dólares que Soloaga tenía con la empresa FunTime para un viaje a Disney World que le quería regalar a su hija por sus 15 años.
En su última declaración ante el tribunal, la expolicía aseguró “no tener nada que ver” con el delito. El día del crimen realizó una denuncia sosteniendo que le habían asaltado y robado su arma y 300.000 pesos (unos 3.100 dólares), pero durante el juicio cambió su versión afirmando que se había “olvidado” la pistola y el dinero en un baño de una gasolinera.
“Me voy a hacer cargo de equivocarme con la denuncia, pero lamentablemente de lo que les pasó a esas personas no pienso hacerme cargo nunca, porque no tengo nada que ver”, señaló ante el tribunal, afirmando que mintió por miedo a ser despedida. Su abogado pidió su absolución asegurando que había “abrumadoras pruebas” para que fuera dejada en libertad.
Por otro lado, la Justicia absolvió a la expareja de la acusada, Diego Alberto Pachilla, de 37 años, a quien procesaron por “encubrimiento doblemente agravado” del crimen.
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