TEGUCIGALPA.- Después de arrasar un archipiélago colombiano de San Andrés y Providencia y devastar el norte de Nicaragua, el huracán Iota, convertido en tormenta tropical, ha desembarcado en Honduras y Guatemala.
Ya ha dejado una decena de muertos a su paso. Seis de ellos en la pobre y deprimida región Caribe Norte de Nicaragua, que ya había sido golpeada dos semanas antes por el huracán Eta y donde la destrucción es enorme. Miles de personas han quedado aisladas, sin agua potable ni electricidad.
Devastación total en la isla colombiana de Providencia
Antes de llegar a Nicaragua, Iota golpeó con toda su fuerza las islas colombianas de San Andrés y Providencia. Esta última, un paraíso de 17 kilómetros cuadrados en el mar Caribe, ha quedado totalmente devastada. El huracán embistió con vientos de 250 kilómetros por hora. Hay al menos dos muertos y un desaparecido. La ayuda empieza a llegar a una zona donde las infraestructuras están arrasadas. El presidente, Iván Duque, ha visitado la zona. «Estamos viendo zarpar el ARC (buque de guerra) independiente, que parte hacia el histórico e indivisible archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y los Cayos con 15 toneladas de ayuda humanitaria y con más de 190 efectivos», anunció Duque.
Honduras y Guatemala, en el punto de mira
Iota entró este martes por la noche en Honduras, debilitado, aunque sigue descargando fuertes precipitaciones sobre suelos que ya están muy saturados tras el paso de Eta. El país, que apenas empezaba a levantar cabeza, vuelve a temerse lo peor. Ya hay regiones por toda Colombia sin electricidad por la caída de los tendidos eléctricos. Las autoridades han cerrado carreteras y puentes. Guatemala, donde Eta dejó 46 muertos y cerca de un centenar de desaparecidos, también aprieta los dientes. Se esperan fuertes precipitaciones durante todo el miércoles y el jueves.