FRANCIA.- Mientras que en Italia los conductores deben recorrer varios surtidores por la gran dispersión de precios, en España el litro de gasolina toca un máximo histórico. Algunas tiendas francesas hacen ofertas al costo para atraer a los automovilistas.
Precios por las nubes a pesar de que el precio del barril de Brent, referencia para fijar el precio del petróleo en Europa, es un 20% más barato que hace 10 años. Sin embargo, la presión inflacionaria esta afectando a toda la economía y los surtidores son un reflejo. Un ejemplo es lo que observan en Milán los conductores donde la gasolina ha superado los 2 euros el litro.
La situación no es distinta en España. Allí el precio de la gasolina toca su máximo histórico, 1,55 euros por litro, superando el récord de septiembre de 2012 cuando el litro tocó 1,52 euros. Para los transportistas, el aumento es un anticipo de traslado al resto de los precios: el diésel se sitúa en los 1,44 euros igualando el récord histórico que marcó en 2012.
La subida de los precios de los combustibles sigue su curso tambien en Francia. Las últimas cifras que publica el Ministerio de Transición Ecológica como cada semana son reveladoras.
El ticket para reponer el tanque ha estado subiendo constantemente durante varias días. Así, durante la primera semana de febrero, el litro de diésel alcanzó los 1,68 euros de media, del euro y medio respecto a la anterior.
Con el enojo de los automovilistas llega la explicación de los especialistas. Para los analistas, si solo se toma en cuenta el precio del combustible como tal, las razones de estos altos precios son múltiples. En primer lugar, está la reanudación de las actividades globales. Durante la crisis sanitaria, todo se ralentizó y volver a la normalidad implica mayores consumos.
También está el hecho de que China, por motivos medioambientales, se está alejando lentamente del carbón para pasarse al gas o al fuel oil. Otros añaden, recientemente, las tensiones geopolíticas entre la OTAN y Rusia en torno a Ucrania.
Con estos costos, sin embargo, todos miran hacia los gobiernos. El precio de venta al público de los carburantes viene determinado además por la alta carga impositiva. En España, por ejemplo, supone la mitad del precio al automovilista.
En Italia, tambien explican que además de las grandes petroleras, “son principalmente las arcas del Estado las que se benefician de la subida industrial de los precios de las materias primas”. Así los explica al diario el Corriere della Sera, Tatiana Oneta, asesora fiscal de Altroconsumo: “si el IVA se mantiene en el 22 por ciento, la recaudación crecerá”.
La analista sostiene que es difícil intervenir en los impuestos dado que el gravamen supone más de 70 céntimos el litro desde 2015. Esta carga llevo la asociación de consumidores a recolectar firmas “para una petición para una rebaja del IVA en los carburantes al 18 por ciento”
El otro problema que enfrentan los consumidores es la dispersión de precios. El vía crucis de las subidas de precios pasa también por las estaciones de servicio de Italia. El precio de la gasolina y el diésel alcanzó picos superiores a los 2 euros el litro, superando los niveles medios de 2012, los más altos de la historia, cuando la verde marcó 1.78 y el “gasóleo“ 1.70. Pero según quien sea el despachante o la petrolera, podrá encontrarse otro valor.
El cálculo significa para los conductores en Milán unos 400 euros más que el año pasado, además del efecto en los precios de los bienes y alimentos que viajan por carretera. Las cuentas en Madrid, resultan para los españoles, en un aumento del 23% mas que el 2021.
En todos los casos, la caída más probable en la reposición de los tanques de combustibles seguirá en manos de un impulso del gobierno directamente sobre los impuestos. Desde Francia, una pista que fue descartada por el Ministerio de Economía, que prefirió aumentar la escala de kilometraje con subsidios para los franceses que más conducen como parte de sus desplazamientos de casa al trabajo.
En espera de un cambio en la situación, muchos europeos ya han reducido sus viajes en automóvil. Los letreros también ofrecen operaciones de combustible a precio de ofertas.
Varias marcas como Intermarché y Leclerc ofrecen combustible a precio de coste. Es decir que los distribuidores no recuperan margen sobre la venta de este producto, a la espera de recuperar el consumo en otros productos.