SAN JUAN, Puerto Rico.– Con las cabezas agachadas y rodeados de policías fuertemente armados, los primeros sospechosos arrestados casi una década después del tiroteo fatal del renombrado boxeador puertorriqueño Héctor Camacho comparecieron el miércoles ante el tribunal para enfrentar cargos de asesinato.
Cinco hombres están acusados del asesinato del boxeador apodado «Macho Camacho» y de un amigo mientras estaban sentados en un Ford Mustang a la salida de un bar en noviembre de 2012, un asesinato que conmocionó a muchos que veneraban al boxeador.
Los sospechosos fueron identificados como William Rodríguez Rodríguez, Luis Ayala García y Joshua Méndez Romero, quienes están detenidos con una fianza de $800,000. El cuarto sospechoso fue identificado como Jesús Naranjo Adorno, detenido bajo una fianza de 300.000 dólares. El quinto fue identificado como Juan Figueroa Rivera, detenido con una fianza de 1 millón de dólares.
No fue posible contactar con sus abogados para que hicieran comentarios.
Horas después de que los sospechosos fueran acusados, la anciana madre de Camacho entró en el Departamento de Justicia de Puerto Rico y levantó el puño derecho.
«¡Justicia! Se ha hecho justicia!», exclamó mientras se le quebraba la voz.
Camacho, de 50 años, recibió un disparo en la cara y estaba clínicamente en muerte cerebral, pero permaneció con respiración asistida durante varios días después del tiroteo, mientras sus familiares debatían qué hacer y sus simpatizantes hacían una vigilia fuera del hospital.
El ex boxeador puertorriqueño Víctor Callejas, amigo íntimo de Camacho, dijo a The Associated Press que era muy importante para él que varios sospechosos fueran finalmente acusados en el caso mientras sigue llorando al púgil: «No era el tipo de persona que buscaba enemigos. Al contrario, siempre buscaba hacer reír a la gente de una forma u otra. Era un personaje único».
«Me han hecho justicia», dijo la madre de Camacho. «Puedo dormir en paz. Puedo comer y beber una tacita de café por la mañana»
Tres de los sospechosos estaban cumpliendo condenas federales por delitos no relacionados y fueron trasladados en avión desde Florida como parte de lo que la policía llamó «Operación Knockout». Un cuarto sospechoso fue detenido antes del amanecer en la misma ciudad en la que Camacho fue asesinado, saliendo sólo con una toalla envuelta alrededor de la cintura sólo unos minutos después de que la policía con armas largas rodeara su casa y golpeara una ventana. Un quinto sospechoso permanece en una prisión de Puerto Rico por un caso no relacionado.
AP
