Santo Domingo.- Juan Francisco Furcal jugaba dómino cuando agentes de la Policía Nacional cruzaron a su vivienda. Al cuestionarles el motivo de su presencia, los agentes le dieron la noticia de que buscaban a su hija, Franyeli María Furcal, la empleada que habría ultimado de una puñalada a un joven de nacionalidad china, en un negocio en la Avenida Duarte, en el Distrito Nacional.
Cargando las secuelas que le dejó un accidente cerebral (acv), el hombre de 70 años pide a su hija que se entregue, al tiempo que externa su deseo de perdón a los familiares de la víctima, identificada como Jhei Leet, de 34 años.
“Tenemos la esperanza de que se entregue cuanto antes. Estamos esperanzados que ella nos llame, porque si ella me llama, yo voy a buscar a alguien para entregarla. El mensaje a ella es que se entregue, que me llame y me diga donde está para yo ir a buscarla, que ella sabe que yo no lo voy a abandonar y su familia también. Si ella me llama y me dice: estoy debajo de la tierra en un hoy, yo le caigo allá y le digo vamos a entregarte”.
Asimilando aún lo ocurrido, el padre de Franyeli reflexiona en que, si el hombre le habría pegado en el costado la patada que le lanzó a su hija, como se aprecia en un video que circula en internet, la muerta hoy habría sido ella.
“Esa patá´ que él le dio, son patadas mortales, que es con el talón. Si esa patada se le habría dado a ella por el costado, la que habría estado muerta habría sido ella”.
Furcal se refiere a la escena del video donde se observa el momento del incidente. Primero se ve al joven chino lanzarle un objeto a la joven que responde lanzándole otro objeto más pequeño. Luego Leet le lanza una patada y la joven se inclina como buscando algo y procede a herirlo.
“Esa pata´ que él tiró, si la agarra en el costado, la muerta habría sido ella. Porque ellos son especiales en artes marciales”, insiste.
Luego del suceso, Franyeli se dio a la fuga y, hasta esta tarde, la Policía no había logrado ubicar su paradero, según informó. Aunque ha circulado la información de que la joven se entregaría, la familia dice que aún no han logrado establecer contacto con la joven para gestionar la entrega.
“No sabemos dónde está. Sabrá Dios tenga hambre, no haya comido, no haya desayunado, tenga sed, no tenga dinero… y entonces, eso más nos preocupa”, dice Furcal.
Franyelis, a la que Furcal define como una muchacha tranquila, tenía casi tres años trabajando en el negocio donde ocurrió la tragedia. De ahí proveía sustento para sus tres hijos de 12, 9 y 3 años de edad.
Compañeros y excompañeros de trabajo han denunciado que el ahora occiso era familiar de los dueños del negocio donde, según afirman, tratan mal a los empleados.