Rafael Martínez y Claudio Matos (nombres sustituidos de casos reales) representan otra cara de los esteroides en la industria de desarrollo de peloteros en la República Dominicana, que además de los traumas de salud también se llevan toneladas de dólares.
Martínez era un súper prospecto de su clase, un torpedero que batea a ambas manos, con poder y contacto; depurado en competiciones con selecciones del país en varias categorías y un equipo de la Liga Nacional lo tenía apalabreado en más de US$3 millones, con 14 años.
Pero, ya con 16 años, meses antes de firmar, una prueba de dopaje encontró sustancias no autorizadas y la información se propagó entre escuchas y entrenadores. El equipo ofreció rebajar el bono a más de la mitad y el entorno del jugador decidió aceptarla, puesto que se arriesgaban a perderlo todo.
Ocurrió en el último lustro, Martínez ha cumplido las expectativas proyectadas a tal punto de que hoy figura entre los principales prospectos de su organización, con los bonos tan altos que toca las puertas para llegar al Big Show este año o el próximo. Pero vio esfumársele más de un millón de la noche a la mañana que nada le garantiza lo conseguirá.
Su entrenador, que pidió la omisión de su nombre, asegura que no lo dopó; no descarta que algún familiar lo haya hecho en esos fines de semana libre, pero se queja de la falta de un mecanismo que permita defenderse, así sea reclamar una prueba B o apelar.
La historia de Matos es similar, pero en su caso su bono bajó desde los US$900 mil hasta los US$150 mil. El entorno entendió que no tenía cómo rebatir el resultado del laboratorio. Este lanzador derecho juega su cuarta temporada y marcha como vaticinaban los reportes de escuchas.
La Major League Baseball aplica pruebas a los adolescentes de forma aleatorias antes de firmar y otras son automáticas una vez se materializa el fichaje. Por tratarse de menores, la información no se hace pública y solo se le informa al entrenador y a los tutores.
El sistema de pruebas para los Grandes Ligas es más flexible.
Dopaje y sombras
La de las pruebas de dopaje como las “sombras” (lesiones ocultas que revelan escáneres avanzados) se convirtieron en las principales causas de anular preacuerdos, ya superada la etapa donde la alteración de documentos de identidad era puntera.
Framber Valdez, zurdo de los Astros, tuvo que esperar hasta los 21 años para que un equipo se la jugara y le diera un bono de US$10 mil. Varias organizaciones se interesaron antes, pero los rayos X reflejaban esa “sombra” que ponía en riesgo una inversión al nivel de su proyección, pero no ha sido obstáculo para una carrera que ya lleva nueve temporadas.
De hecho, un grupo de entrenadores da forma a una protesta masiva ante la oficina de la MLB en Santo Domingo en protesta por el manejo de los clubes con el incumplimiento de acuerdos de palabras y que pueden romper en cualquier momento.
Los organizadores procuran que durante un día no se realice entrenamientos en ningún programa en el país.
DL supo de entrenadores que están negados a que accedan a sus instalaciones a ver el material de futuro al menos tres equipos que devolvieron una cantidad importante de contratos firmados en enero pasado.