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OPINIÓN | El funcionario público ante el falso comunicador

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Por Frank Núñez

Colaboración/elCorreo.do

PERSPECTIVA: En menos de 72 horas, el ministro de Agricultura, Limber Cruz, debió salir a desmentir la versión de que el precio del arroz se había incrementado en un 60 por ciento en la República Dominicana; lo mismo tuvo que hacer Carlos Pimentel, director de Compras y Contrataciones, ante la especie de que una resolución impedía a los periodistas ofrecer sus servicios de publicidad a las instituciones públicas, mientras Milton Morrison, gerente general de la Empresa de Distribución Eléctrica (EDESUR), le salió al frente a la falsa noticia de que había renunciado de esa empresa estatal, con la que sorprendieron hasta publicaciones digitales que de seguir como van perderán en lo que pestaña un gato la credibilidad ganada en muchos meses.

No hay día del mundo que un funcionario público no se convierta en la víctima de un falso comunicador, en lo que se ve clara la estrategia de visible chantaje, práctica que, en administraciones pasadas, llegó a situaciones extremas, lamentables y luctuosas. Es deplorable que ese contralor social que era la prensa dominicana hasta hace unos años, se haya corrompido hasta el punto de que la credibilidad de los medios de comunicación se encuentre hoy sepultada bajo las penumbras de las fake news o noticias falsas, impidiéndoles el rol de conciencia crítica de la sociedad.

Lo grave es que, en vez de los medios convencionales, donde laboran verdaderos profesionales de la comunicación convertirse en paradigmas, vemos con tristeza que se han sumado a la chapucería informativa, sin asumir el derecho a réplica ni la consultas a las partes afectadas ante de publica alguna versión, como recomiendan todos los manuales sobre legislación y ética de prensa.

Entre las situaciones más patéticas sobre las infamias que divulgan los falsos comunicadores mediante las llamadas “fake news” tienen que ver con actuaciones dentro del marco de la ley tomadas por el Instituto Agrario Dominicano (IAD), bajo la dirección del agrónomo Francisco Guillermo García, gestión que ha sido reconocida por decenas de entidades del sector agropecuario y la sociedad civil por la manera en que el funcionario sigue las políticas públicas transparentes del gobierno que encabeza Luis Abinader.

Un pseudo comunicador de nombre Rafael Guerrero, ha llegado al colmo de lanzar insultos y epítetos sin mostrar ningún documento que avalen sus afirmaciones contra el IAD y su titular, para finalizar con la afirmación de que “este país hay que cerrarlo. Esto se jodió”. En una euforia propia de un paciente psiquiátrico, Guerrero dijo en su medio que República Dominicana es “un país que hay cerrarlo, un Estado Fallido, donde debe venir un sunami y llevarnos a to, esto se jodió”.

Los padres de la comunicación y el periodismo dominicano, que enseñaron a las generaciones de auténticos profesionales a procurar una sana recomendación tras cualquier denuncia publicada, habrían quedado estupefactos al escuchar al falso comunicador Rafael gritar que debe venir una vaina y llevarnos a to, “que no haya arca de Noé, coño carajo”. Esa no es la manera de plantar sus posiciones un verdadero comunicador. Pero se trata de un falso comunicador.

Pese a que el IAD ha sido reiterativo en que está abierto como fuente informativa a los medios de comunicación interesados en conocer sus actuaciones, lo cierto es que la práctica de los falsos comunicadores ha sido lanzar especies infundadas, como aquellas a las que han tenido que salirle al frente el ministro de Agricultura, el director de Compras y Contrataciones y el gerente general de EDESUR.

Repetimos aquí la reflexión de nuestra pasada entrega, cuando propusimos la creación de un movimiento profesional, social y ciudadano para adecentar los medios de comunicación en República Dominicana. Dañar reputaciones de manera cobarde e irresponsablemente, con mentiras, insultos y calumnias, no es hacer comunicación. Es difamación e injuria, actitudes tipificadas como delitos condenables en todos los países del mundo civilizado. Con epítetos donde califican a nuestro país como un Estado fallido, los falsos comunicadores enlodan a los funcionarios del presidente Abinader, a quien de manera hipócrita dicen defender. Olvidan que desde hace tiempo el ajedrez demostró que cuando se quiere matar al Rey, primero se comienza matando a los peones. Otra vez proclamamos por aquí, que estamos a tiempo de rescatar la Comunicación Social.