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OPINIÓN | Santo Domingo Este: Medidas improvisadas y problemas invisibles

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Por José Alberto Selmo

José Alberto Selmo

SANTO DOMINGO, RD.- Las recientes decisiones tomadas por la Alcaldía de Santo Domingo Este han generado una ola de críticas entre los ciudadanos y diversos sectores políticos. En particular, la implementación de una placa de circulación para motores sin la debida consulta con la Dirección General de Impuestos Internos (DGII) ha encendido las alarmas sobre la falta de coordinación institucional y el impacto real de estas medidas en la vida de los ciudadanos.
El alcalde ha promovido esta nueva exigencia como una iniciativa para mejorar el orden vehicular en el municipio. Sin embargo, la ausencia de una articulación con estamentos centrales del Estado ha llevado a cuestionar su legalidad, viabilidad y eficacia. Esta medida ha generado confusión entre los motoristas, quienes ya deben cumplir con las regulaciones de la DGII y otras instancias gubernamentales. En lugar de facilitar la regularización, la medida parece añadir una nueva capa de burocracia sin un impacto claro en la seguridad vial.

Otro punto controversial ha sido la recolección de chatarras en las calles del municipio. Si bien es evidente que Santo Domingo Este necesita iniciativas para mejorar su orden y limpieza, esta política ha sido implementada sin una estrategia clara de reciclaje o aprovechamiento de los residuos. A esto se suma la percepción de que se trata más de una medida cosmética que de una solución sostenible a la problemática de los desechos urbanos.

En la misma línea, los residentes de sectores como Reparto Los Tres Ojos han manifestado su inconformidad con la gestión municipal, denunciando que mientras se pintan y reacondicionan calles visibles para dar la impresión de progreso, los barrios y residenciales siguen enfrentando problemas fundamentales como el deterioro de calles secundarias, falta de iluminación, drenaje deficiente, uso inadecuado de zonas residenciales en comerciales y escasez de servicios públicos eficientes. La falta de una planificación integral y equitativa refuerza la percepción de que las acciones del ayuntamiento están más enfocadas en la imagen pública que en la solución de problemas estructurales.

El municipio de Santo Domingo Este es el más grande del país en términos de población y extensión territorial, lo que demanda una administración eficiente y una visión de desarrollo sostenible a largo plazo. Sin embargo, las decisiones tomadas sin consulta, el enfoque en medidas de alto impacto mediático pero de poca sustancia, y la falta de atención a las comunidades que realmente requieren intervención urgente, han puesto en duda la dirección que está tomando la actual gestión municipal.

Más allá de medidas aisladas y de impacto visual inmediato, Santo Domingo Este necesita una administración que escuche a sus ciudadanos, coordine con los organismos competentes y aplique soluciones que realmente transformen la calidad de vida de los munícipes. La improvisación y la falta de planificación no pueden seguir marcando el rumbo de un municipio con tantas necesidades y potencial de desarrollo.